lunes, 26 de noviembre de 2007




TRANSMISIÓN

MUSICARQ.
Daniel martinez
La palabra ‘transmisión’ adquiere su espacialidad mediante un concepto teórico; es decir, no tiene una relación inmediata palabra y espacio sino que a través de la música, y por definición propia de ‘transmisión’, el concepto se hace espacio.
‘Transmisión’ se define como un conjunto de mecanismos (palabras) que comunican el movimiento (la música) de un cuerpo (el papel) a otro (la arquitectura), alterando su velocidad, sentido y forma.
La música que se hace espacio. El sonido tiene cuatro características que hace diferenciar unas notas musicales de otras: altura, duración, intensidad, y timbre. Cada nota musical corresponde a una coordenada en el espacio a través de su tono y su tempo. A su vez cada nota se espacializa mediante una superficie dada por la duración de la nota de dimensiones dependientes del número de oro (razón, proporción y armonía). Número utilizado tanto en toda la historia de la arquitectura (pirámides de Giza, el panteón de Agripa, Le Corbusier y el modulor…) como en la música, para temporalizar los tonos, semitonos, octavas, etc.
La obra arquitectónica está a un solo nivel y las superficies provenientes de las notas modelan y modulan la luz de los distintos espacios concatenados.
La música es tiempo y espacio, y, al igual que la arquitectura, las dos dependen de la medida. Ambas tienen un carácter figurativo y simbólico y proceden de una naturaleza abstracta y asimétrica. Tanto la arquitectura como la música son envolventes; llevan inherente la necesidad de ser habitadas y habitual.
La melodía elegida adquiere pues, un papel relevante ya que es la que define en gran medida el espacio. De escoger una melodía diferente, el espacio no hubiera sido el mismo. Además, el Apocalipsis debía tener relación con la melodía.El fragmento elegido es de una pieza de Schoenberg llamada ‘Moisés y Aarón’ que narra una discusión sobre problemas filosóficos y religiosos: dualidad entre la verdad y la belleza, entre lo ideal y la realidad, entre el pensamiento y la palabra.Por otro lado, quizá sea Schoenberg el que más se acerque a las percepciones arquitectónicas por su faceta también artística, por su relación con Kandinsky y por el entronque con las vanguardias de la época.Además, la música de Schoenberg se ha llevado también al espacio por el arquitecto Daniel Libeskind en el museo judío de Berlín.Pero hay más casos de arquitectos que han proyectado con la música. Steven Holl en la casa Stretto usando la música de Bartok, Le Corbusier e Iannis Xenakis(compositor y arquitecto) en el monasterio de la Tourette, en la capilla de Ronchamp y en el pabellón Philips.
¿Qué sucede cuando en lugar de escuchar música, la tocamos?
¿Qué pasa cuando en lugar de admirar arquitectura, la creamos?
¿cuando en lugar de leer poesía, la escribimos?
¿cuando en lugar de admirar cuadros, pintamos?
¿cuando en lugar de ver cine, escribimos el guión?
¿cuando en lugar admirar esculturas, esculpimos?

1 comentario:

Proyectos ii t3A | Composición II [ie universidad]. Prof. Maria de la O del Santo dijo...

MUSICARQ.

La palabra ‘transmisión’ adquiere su espacialidad mediante un concepto teórico; es decir, no tiene una relación inmediata palabra y espacio sino que a través de la música, y por definición propia de ‘transmisión’, el concepto se hace espacio.
‘Transmisión’ se define como un conjunto de mecanismos (palabras) que comunican el movimiento (la música) de un cuerpo (el papel) a otro (la arquitectura), alterando su velocidad, sentido y forma.

La música que se hace espacio. El sonido tiene cuatro características que hace diferenciar unas notas musicales de otras: altura, duración, intensidad, y timbre. Cada nota musical corresponde a una coordenada en el espacio a través de su tono y su tempo. A su vez cada nota se espacializa mediante una superficie dada por la duración de la nota de dimensiones dependientes del número de oro (razón, proporción y armonía). Número utilizado tanto en toda la historia de la arquitectura (pirámides de Giza, el panteón de Agripa, Le Corbusier y el modulor…) como en la música, para temporalizar los tonos, semitonos, octavas, etc.

La obra arquitectónica está a un solo nivel y las superficies provenientes de las notas modelan y modulan la luz de los distintos espacios concatenados.

La música es tiempo y espacio, y, al igual que la arquitectura, las dos dependen de la medida. Ambas tienen un carácter figurativo y simbólico y proceden de una naturaleza abstracta y asimétrica. Tanto la arquitectura como la música son envolventes; llevan inherente la necesidad de ser habitadas y habitual.

La melodía elegida adquiere pues, un papel relevante ya que es la que define en gran medida el espacio. De escoger una melodía diferente, el espacio no hubiera sido el mismo. Además, el Apocalipsis debía tener relación con la melodía.
El fragmento elegido es de una pieza de Schoenberg llamada ‘Moisés y Aarón’ que narra una discusión sobre problemas filosóficos y religiosos: dualidad entre la verdad y la belleza, entre lo ideal y la realidad, entre el pensamiento y la palabra.
Por otro lado, quizá sea Schoenberg el que más se acerque a las percepciones arquitectónicas por su faceta también artística, por su relación con Kandinsky y por el entronque con las vanguardias de la época.
Además, la música de Schoenberg se ha llevado también al espacio por el arquitecto Daniel Libeskind en el museo judío de Berlín.
Pero hay más casos de arquitectos que han proyectado con la música. Steven Holl en la casa Stretto usando la música de Bartok, Le Corbusier e Iannis Xenakis(compositor y arquitecto) en el monasterio de la Tourette, en la capilla de Ronchamp y en el pabellón Philips.

¿Qué sucede cuando en lugar de escuchar música, la tocamos?
¿Qué pasa cuando en lugar de admirar arquitectura, la creamos?
¿cuando en lugar de leer poesía, la escribimos?
¿cuando en lugar de admirar cuadros, pintamos?
¿cuando en lugar de ver cine, escribimos el guión?
¿cuando en lugar admirar esculturas, esculpimos?

dani martinez