lunes, 5 de mayo de 2008

Xenakis en el refectorio de la Universidad ie



Algunas imágenes que recogen la proyección del dvd (que muchos os perdisteis....)que incluye la música del Le Diatope-La Légende d'Er de Iannis Xenakis, espectáculo de luz y sonido, sonido y luz que incluye la arquitectura en el pabellón montado ante el Beaubourg en París en 1977.


Os cuelgo un artículo que hace referencia a esto firmado por Xoan M. Carreira:



Parodiando una reflexión de Carl Jung sobre James Joyce, Milan Kundera tituló Xenakis, 'profeta de la insensibilidad' un delicioso artículo de 1988 en el que expresa su admiración por un creador al que atribuye haber liberado a la música de "la barbarie sentimental" y por haber tomado "radicalmente partido por la sonoridad objetiva del mundo contra la del alma y su subjetividad sentimental."
No todos los exégetas de Iannis Xenakis (1922-2001) son tan sutiles como lo es Kundera. A menudo les ciega la fascinación tecnológica y cuando escriben sobre Xenakis confunden el proceso productivo con la obra de arte, como les sucede a quienes al escribir de Wozzeck priman su admirable estructura formal sobre su condición de ópera maravilllosa, que es lo que realmente le interesaba a Xenakis, un creador convencido de que la misión de la obra de arte es seducir al espectador.
Ya superado el primer medio siglo de vida de la música electroacústica, no resulta osado afirmar que pocos artistas han conseguido como Xenakis seducir tanto y a tantos con este género de música, a pesar de que su catálogo sólo contiene una docena de títulos, compuestos entre 1957 y 1978. Más sorprendente resulta aún que tantos años después de creados, este puñado de obras mantenga impoluta su belleza y su capacidad emocional al grado de que Mode Records haya abordado su edición en varios discos compactos, cuyo primer volumen es este dedicado monográficamente a la preservación de lo que se conserva de la prinera versión de Le Diatope-La Légende d'Er, un espectáculo de luces y sonido creado por Xenakis en 1977 por encargo de Robert Bordaz, quien luego sería director del Centro Pompidou.
La referencia literaria de La légende d'Eer es la narración homónima que figura al final de La República de Platón. La obra constaba de un espacio arquitectónico diseñado por Xenakis: Le Diatope, que se construyó ante el Beaubourg de París. En su interior, Xenakis ubicó1.600 bombillas de intensidad regulabre, 4 generadores de rayos laser, 400 espejos y un variopinto instrumental óptico. En el Estudio de la WDR, que disponía de unos medios extraordinarios según los parámetros de la época, Xenakis compuso La Légende d'Er, que grabó en una cinta de siete canales que se distribuyeron por Le Diatope en forma de gota de agua, según un plan meticulosamente calculado. El propio Xenakis ha relatado que, al contrario que ocurría con la serie de los Polytopes, el proyecto de Le Diatopr exigía que "la estructura fuese móvil y pudiese viajar, para que el dinero invertido en la empresa no se perdiera en una única manifestación, por eso proyecté un envoltorio que era una tienda desmontable."
Efectivamente, el 11 de febrero de 1978, se estrenó La légende d'E. Geste de lumière et de son du Diatope au Centre Georges-Pompidou, cuya banda sonora recoge con relativa fidelidad el disco aquí comentado. Al año siguiente el espectáculo se presentó en Bonn, con una banda sonora revisada y ampliada en unos ocho minutos. Por desgracia se han perdido tanto la estructura arquitectónica de Le Diatope como su contenido, y no se conserva ninguna película o registro televisivo del espectáculo. Toda la documentación que nos ha llegado son las partituras y los bocetos de Xenakis y las cintas magnetofónicas de las dos versiones musicales.
La versión preparada por Gerard Pape modifica sustancialmente la banda sonora de Xenakis, la edición digital de una cinta analógica limita necesariamente el espectro sonoro y la producción en disco compacto limita a dos canales frontales la distribución espacial de los siete canales originales. Una vez en nuestras casas, la obra sufre otra modificación producida por los amplificadores digitales. Xenakis la creó para amplificadores de válvulas, de sonido más sucio pero mucho más cálido a nuestros oídos. Como señala Makis Solomos en el folleto que acompaña al disco, "la versión que ofrece este CD propone una nueva mezcla -una nueva interpretación, si así se prefiere- que refuerza la riqueza de algunos sonidos."
Por otra parte, la audición pura de La legende d'Eer es a la obra original lo que el disfrute de la BSO de John Williams a la experiencia de ver La guerra de las galaxias en una buena sala de cine. Con el agravante de que en el disco de Williams se registra sólo la suite de la BSO, mientras que aquí se reproduce completa la banda sonora de Xenakis para su espectáculo, sin tener en cuenta que muchos de sus momentos tenían una función práctica muy determinada, más relacionada con los eventos visuales que con los puramente auditivos. Este problema no se puede minimizar, pues salvo en el caso de Diamorphoses (1957) y Bohor (1962), Xenakis no compuso música electroacústica pura e incluso estas dos obras acabaron por ser utilizadas por coreógrafos que apreciaron su fuerte carga descriptiva. En cualquier caso, en los años 70 Xenakis ya tenía muy claro que a poca gente le apetece mirar para un altavoz y la gente capaz de degustar tal cosa, le interesaba muy poco a Xenakis.
Por eso no puedo evitar ser escéptico ante esta edición de la obra electroacústica de Xenakis, por mucho que pueda disfrutar escuchando sus bandas sonoras. Conociendo como creo conocer, y amando como amo la música de Xenakis, no puedo evitar la sensación de que limitar la fuerza poética y el poder de evocación de la música de Xenakis al ámbito de la simple audición es labor tan imposible como poner puertas al campo.
El encarte de este disco incluye una versión abreviada del magnífico estudio de Makis Solomos sobre Le Diatope et La legende d'Eer, que se puede leer íntegro en http://www.iannis-xenakis.org/

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