
En mi propuesta parto de la idea de que la forma que adoptan los organismos está conforme a las fuerzas que lo envuelven,luego es la solución a un problema. Así que después de vaciar el interior del cilindro como quien vacía un yogurt con una cuchara, ví que este se había convertido en un vaso de inmensas proporciones en el cual podía verter esas formas sinuosas del medio y de los organismos que lo rodean, creando sucesiones de forjados inclinados.
La forma actual de la fortaleza responde a la necesidad de buscar las vistas a su alrededor y también me daba la sensación de ser un espacio de reclusión, por ello La fachada opaca del exterior se transforma ahora en una piel cosida que mejora las vistas pero que sigue conservando la sensación de recogimiento (o de castigo...)
Ángel Martínez Pérez.
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